Un problema común en nuestra cultura laboral. No lo decimos con afán de queja, pero consideramos que es una práctica que como habitantes de esta ciudad, debemos reducir.
Somos demasiados, las distancias son largas y eso se convierte en un tráfico del infierno con el que tenemos que lidiar todos; todos los días. Y además, hemos alcanzado un punto crítico con el calentamiento global.
Antes de convocar a una junta, en el que se requiera el traslado de una persona a mi zona de trabajo, debemos de pensar si es necesario. Por dos simples razones. La primera, por respeto al tiempo de la otra persona. Y la segunda, porque que al finalizar la junta, estaremos todos en el mismo embotellamiento.
Actualmente existen muchas herramientas para comunicarnos. Tenemos la llamada tradicional; Whatsapp con mensajes y videollamadas; Google Duo; Facetime; Skype (normal y empresarial); Meeting Hangouts; etc. De verdad, no hay pretextos para decir que no tenemos formas de hacernos la vida más fácil.
Hemos tenido juntas, con traslados de una hora, para pedirnos cambios de tres bullets que se pudieron haber solicitado por mail. Incluso, el ajuste se hubiera hecho en menos tiempo que el puro trayecto a la reunión. En esa ocasión, el ajuste estuvo listo dos horas después de la junta, ya que faltaba el regreso. Pierde el cliente, perdemos nosotros, se contamina y contribuye al tráfico.
No podemos seguir usando pretextos para decir que no le entendemos a la tecnología. Las herramientas están para apoyarnos y hacernos más eficientes que independientemente de nuestro trabajo, debería ser nuestra meta día con día en cualquier ámbito en el que nos desarrollemos.
Una sugerencia, muy muy sencilla para evitar hacernos la vida más complicada en esta ciudad y de paso, contribuir con un poco menos de CO2 en el ambiente.
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